Oh mortales, aún recuerdo con añoranza cuando los Dioses teníamos PODER.
Un poder que obteníamos de vosotros, los mortales. Adorados a cada momento, vuestro primer pensamiento al despertar, el último antes de ir a dormir, éramos consultados a los oráculos ante cualquier pregunta que os pudiera surgir… Pero esos tiempos ya pasaron, y nuestro poder ya no es el mismo, porque habéis decidido dar ese poder a falsos Dioses…

En esos tiempos Prometeo, el Titán bueno, robó el fuego del Olimpo para dárselo a los hombres. Gracias a eso pudisteis cocinar vuestros alimentos y fabricar herramientas, de esta manera mejorasteis vuestra calidad de vida, pero a Zeus no le hizo demasiada gracia, e ideó una venganza.

Entregó en matrimonio al hermano de Prometeo a una doncella de nombre Pandora… El resto de Dioses del Olimpo nos encargamos de infundirle un carácter curioso.

Recibió un regalo de bodas muy especial, un recipiente y una única condición… JAMÁS debía ser abierto.

Pandora, curiosa por naturaleza, abrió el recipiente y comenzaron a salir de su interior todos los males que azotan la humanidad… Asustada, cerró el recipiente de golpe, dejando en su interior una
única cosa… La ESPERANZA..
Zeus aprovechó este momento para bajar a la Tierra y llevarse el recipiente al Olimpo, asegurándose que los hombres jamás recuperarían la ESPERANZA…